Hace algunos meses, mi hábito de lectura se había escondido en alguna parte que era indistinta a mi consciencia y esa costumbre de tener siempre un libro en la mano o en la mochila, si es que salía de casa, se había esfumado. Pero hace poco volví a tener la fluidez de siempre. Siendo exacto, hoy terminé "El Elefante Desaparece" de Haruki Murakami, uno de mis escritores favoritos. Sí, no voy a hacer una reseña del libro de Murakami. Lo sé. Sólo necesitaba hacer ese pequeño preámbulo porque me percaté que hay ciertas características que diferencian y definen la narrativa de Murakami, respecto a los conflictos amorosos. 

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Principalmente, hay una carencia que juega con el prejuicio de que los japoneses son fríos y es que en las diversas obras de Murakami, nos topamos con personajes que atraviesan un rompimiento amoroso y no se inmutan en absoluto, suelen asentir ante éstos sin recurrir a la característica angustia, depresión u otro estado típico/cliché que se han naturalizado respecto a esta situación.

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Sin embargo, estas características resultan totalmente indistintas a lo que Tigers Jaw ha plasmado en cada álbum que realizó a lo largo de su trayectoria. Inclusive en su álbum reciente titulado "Spin", compuesto por doce temas, se manifiestan sentimientos ambivalentes que suelen formar parte de la cotidianidad de esos días post-rompimiento en los que la claridad de nuestras decisiones se ve opacada por aquello que aún no hemos dejado ir. Justamente, me cuestionaba el sentido de Murakami en inhibir a sus personajes de esos detalles o capacidades en dicho contexto ¿cuál era la necesidad? Y es que a comparación, Tigers Jaw con "Spin" haría todo lo opuesto.

 

Curiosamente, al igual que en "Charmer" publicado en el 2015, el álbum muestra sus aspectos más destacados en la primera parte. De éste modo, es que desde un principio podemos reconocer a lo que apuntan Collins y Walsh, ya sea en temas como "Follows" o "Favorite", en los cuales nuestros protagonistas parecen tener la intención de renunciar, de reemplazar aquellos momentos que aún suelen sumergirnos en cuadros melancólicos y reflejando de que la opción de ignorar o reprimir nuestras emociones, no es la solución más adecuada.

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"... Running will not get you away from this
It follows wherever I go

Breathing in slow
Breathing out and letting go..."

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"... What's your favorite way to dull the pain?
I have not found a way to replace you
But I wish I could..."

 

O temas como "Escape Plan", "Blurry Vision" o "Brass Ring" en los cuales se retrata ese proceso por el cual el destino va adquiriendo esa cualidad de incompatibilidad y a pesar de los intentos para que las cosas puedan cambiar gradualmente, no hay más opción que dar un paso al costado. 

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"... Prettiest words couldn’t fix what was torn apart
I know something’s wrong, I’ve got a feeling that I can’t shake
Wasting all my time just wishing that you could stay..."

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"... When things are not what they were meant to be
It's been a long time
Maybe the wrong line..."

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Luego aparece "Guardian", el cual fue el primer adelanto del nuevo álbum y logró captar buenas críticas, junto a "Bullet" y "Make It Up" demostrando la frescura y la facilidad que aún mantienen para atinar con estribillos pegajosos. En la parte final, temas como "Same Stone" o "Window" no captan la misma intensidad o fuerza con la que se había lidiado en anteriores temas. 

 

En conclusión, a pesar de que están muy alejados de sus primeros álbumes, no siento que haya perdido parte de su esencia y la evolución que han dado ha sido la más adecuada. De hecho, el rumbo que decidieron abarcar con "Charmer", ha alcanzado, quizás, la madurez con la que buscan afrontar y plasmar su trabajo.